Un año después de haber viajado a la Comunidad Valenciana para visitar algunas localidades como Manises, El Puig y Sagunto he decidido volver para descubrir otro rincón de esta comunidad autónoma española. Así fui a Alicante, capital de la provincia homónima y ubicada en la Costa Blanca.
Es un destino turístico para todo el año ya que puede contar con temperaturas suaves en todas las temporadas y lluvias escasas. En este artículo os propongo las mejores 13 visitas guiadas para conocer la ciudad así como sus alrededores.
Qué ver en Alicante en dos días
Me quedé 48 horas para visitar sus sitios de interés y disfrutar de la atmósfera encantadora de sus calles y rincones más históricos. En particular, el primer día fue dedicado a la subida al Castillo de Santa Barbara y al paseo marítimo, el segundo al casco histórico y al barrio de Santa Cruz. Además, la ciudad es la base ideal para explorar su provincia y otras localidades cercanas. En esta página encontráis el listado completo con todas las actividades.
Para descubrir Alicante, por lo menos la zona más céntrica, es suficiente moverse a pie. De todas formas, el transporte público – gestionado por el Grupo Vectalia – es muy eficiente y de calidad e incluye autobús y tranvía. Si llegaís en avión, el Aeropuerto de Alicante-Elche se encuentra a 9 kilómetros de la ciudad y la línea C6 sale cada 20 minutos efectuando varias paradas en centro. El precio del billete es 3,85€. La misma compañía conecta la ciudad con Elche, destino muy conocido per tener el palmeral más grande de Europa.
Por supuesto, también hay servicio de traslado privado entre entre Aeropuerto y centro de Alicante.
El Castillo de Santa Barbara y el paseo por la costa urbana
El itinerario comienza desde el símbolo de Alicante, es decir el Castillo de Santa Barbara, una de las más grandes fortalezas medievales de España. Está colocado sobre el monte Benacantil, a unos 167 m de altitud, en un punto estratégico por la defensa de la ciudad y de la costa. Arqueólogos han encontrado varios restos de la Edad del Bronce, de las épocas ibérica y romana, aunque el origen del edificio actual se remonta al siglo IX con la dominación musulmana.
En el castillo destacan tres recintos que marcan las diferentes épocas de construcción. El más alto y antiguo se llama “La Torreta” y aquí se encuentra la Torre del Homenaje y los restos del siglo XIV. Luego hay el “Intermedio”, donde se pueden mirar algunas dependencias realizadas durante el siglo XVI. Por último, el “Inferior” del siglo XVIII donde actualmente se encuentra el aparcamiento.
La visita del Castillo es gratuita y recomiendo dedicarle por lo menos un par de horas. También hay free tours en español de 2 horas de duración.
Se puede acceder a pie por uno de los senderos que suben de la ciudad, con el bus turístico si no utilizando el ascensor situado frente a la playa del Postiguet (abierto de 10 a 19:45, precio general 2,70€).
De vuelta a la ciudad la próxima etapa es el paseo que bordea la playa del Postiguet, playa urbana de Alicante con arena dorada y fina y una de las más queridas por los alicantinos así como por los turistas. La vista sigue siendo dominada por el Castillo de S. Barbara y las palmas que rodean la Explanada de España.
Es el paseo marítimo más conocido y emblemático de Alicante, es donde los alicantinos se “mezclan” a los turistas. Lo que destaca es el suelo, constituido por millones de piezas de cerámica que imitan las olas del mar. Tiene unos 500 m de longitud extendiéndose del Puerto Deportivo al Parque de Canalejas. Entre todos los bares, restaurantes y tiendas que bordean el paseo destacan también palacios históricos. Por ejemplo, Casa Carbonell es uno de los edificios civiles más significativos de la ciudad española y fue construido entre el 1922 y el 1925 para representar la relevancia de la burguesía de aquella época.
Muy cerca a la Explanada se encuentran muchos lugares de interés como la Plaza de Gabriel Miró, dedicada al escritor alicantino y con una fuente del 1919 rodeada por ficus centenarios, el edificio neoclásico que desde el 1845 alberga el Teatro Principal de Alicante, la Plaza de los Luceros en la cual destaca su fuente monumental del 1930.
Para comer, Carrer Castaños es una calle peatonal ideal para ir de tapeo y encontrarais sobre todo los alicantinos.
El centro histórico y el barrio Santa Cruz
El días siguente lo pasé por el casco histórico de Alicante, quizás su alma más auténtica y donde ya llegan menos turistas.
La ruta empieza en la Plaza del Ayuntamiento, dominada por el edificio barroco del siglo XVIII y su dos torres laterales. Es de aquí que también salen los free tours por el centro de la ciudad.
A espalda del edificio se encuentra la Plaza de la Santísima Faz, una de las más bonitas y “puerta de acceso” al casco viejo.
En pleno centro hay la Concatedral de San Nicolás, de estilo renacentista y en planta de cruz latina. En su interior no hay que perder el claustro del siglo XV con dos puertas barrocas y por supuesto la cúpula azul de 45 m de altura.
El edificio religioso más antiguo de Alicante es la Basílica de Santa María, del siglo XIV y realizada sobre las ruinas de la mezquita mayor. Tiene una sola nave y rodeada por varias capillas laterales. La iglesia tuvo que ser reconstruida por un incendio que sufrió en el siglo XV y eso explica el estilo barroco de la fachada y la presencia de dos torres asimétricas de los siglos XIV y XVIII.
Con rumbo hacia el monte Benacantil se llega en la Plaza del Puente. Además de ofrecer una vista muy bonita del Castillo de Santa Barbara, en este lugar se pueden observar los restos de la Torre de la Pólvora, antigua torre defensiva del siglo XII que formaba parte de las murallas de la ciudad musulmana.
De aquí se vuelve a la zona más céntrica pasando por calle Toledo y sus murales dedicados a los días, semanas, meses etc…
De vuelta a la Plaza de la Santísima Faz, subiendo las escaleras se llega al barrio de Santa Cruz, uno de los rincones de Alicante que más me gustó. Ubicado a las faldas del monte Benacantil, destaca por sus callejuelas y sus casas coloradas llenas de flores. A pesar de tanta belleza, la verdad es que no hay muchos turistas, por lo menos no tantos como los que podéis encontrar por el paseo marítimo. El único consejo que os doy es que lleváis zapatillas cómodas porque hay bastante escaleras y solo se accede a pie.
Durante el paseo hay varios miradores desde donde observar toda la ciudad y el castillo, accesible de aquí pasando por el Parque de la Ereta. En el punto más elevado está la Ermita de Santa Cruz, construida a finales del siglo XVIII y que alberga la imagen del Cristo usada durante la Semana Santa – el miércoles – en la Hermandad de la Santa Cruz. Es una procesión muy conocida y emblemática que cruza las calles del barrio, es un evento que si estáis en Alicante no debéis perder.
Otro edificio simbólico es la Ermita de San Roque, erigida en 1875 y dedicada a uno de los copatronos de Alicante. Dentro destaca el “Cristo Gitano” que preside el altar mayor.
Aquí acaban los dos dias de visita de Alicante, una ciudad acogedora y destino turístico que, además de sus playas tiene un patrimonio histórico-artístico relevante que merece la pena descubrir. Para más informaciones os consejo echar un vistazo a la página web de Alicante Turismo.
Dónde alojar en Alicante
Fui al Palmeral de Madaria en Vistahermosa, en las afueras de la ciudad y a 20-25 minutos de autobús del centro. Hay 12 apartamentos rodeados por un exótico jardín tropical con más de 70 especies de palmeras de todo el mundo.
Además, este lugar tan especial ofrece piscina con hidromasaje, jacuzzi, zona para hacer barbacoa, área de juegos para niños, gimnasio con sauna Finlandesa y terraza con vista. El Palmeral está ubicado en una zona residencial muy tranquila con varios restaurantes y un centro comercial. Es también cómoda para visitar otras localidades de la Costa Blanca.
Para descubrir más sobre el Palmeral de Madaria y para reservar al mejor precio os recomiendo consultar su página web oficial.
