A pesar de ser una localidad muy conocida entre los jovenes por sus discotecas, Lloret de Mar en Costa Brava merece una visita porque tiene una oferta turística amplia, con muchas cosas que ver y hacer. Así que es un destino adapto a cualquier persona y por todo el año. Tras visitar Blanes, me quedé en Lloret 2 días, una estancia suficiente para descubrir su patrimonio histórico-natural.
Donde está Lloret de Mar y como llegar
Está situada a norte de Barcelona y está muy bien conectada también con Girona y las principales ciudades españolas y europeas.
En mi caso, llegué en autobus desde Blanes tardando unos quince minutos. También hay servicios regulares desde el aeropuerto El Prat de Barcelona. La estación de Lloret se encuentra apenas fuera del centro, a unos minutos de la playa principal y muy cerca de los hoteles y de las discotecas.
Además, en verano hay barcos entre Blanes y Lloret de Mar y llegan hasta Tossa.
Que ver y hacer en Lloret de Mar
Quedándome 2 días tuve bastante tiempo para visitar los lugares de interés más importantes así como hacer marcha nórdica y un paseo por la costa. En Lloret de Mar hay muchos hoteles, B&B y apartamentos, la mayoría de los cuales siguen abiertos también en temporada baja.
Yo fui al URH Hotel Excelsior, moderno y ubicado en Passeig d’Agustí Font, justo enfrente de la playa principal. Me lo pasé bien de verdad, estuve en una habitación triple con baño privado y sobre todo un balcón panorámico desde donde mirar el anochecer y el amanacer. Luego debo mencionar el desayuno, con comidas dulces y saladas… todo riquísimo, sobre todo la pastelería!
El Moll – Museo Abierto de Lloret
Los sitios que he visitado están incluidos en el Moll, una red imaginaria que une todos los lugares históricos y naturales más emblemáticos de la localidad catalana.
Como pasó en Blanes, también aquí hice el itinerario de los Indianos, una ruta que ayuda a descubrir el pasado de Lloret, cuando sus habitantes se marcharon hacia América, especialmente Cuba, para abrir sus negocios y enriquecerse. De vuelta a Cataluña, construyeron edificios nuevos y renovaron los viejos según el estilo modernista.
Mi visita empezó mirando el Ayuntamiento, un palacio del 1872 en estilo neoclásico donde destaca uno de los pocos escudos de España todavía existentes con el símbolo del Rey Amedeo de Saboia.
El paseo Verdaguer une el Ayuntamiento con el Museo del Mar-Can Garriga.
El museo actual se encuentra en una típica casa indiana. La visita, además de enseñar la historia de Lloret y su vínculo con el mar, permite ver como era una casa del siglo XIX. Durante el recorrido hay también paneles y animaciones para los niños.
Otro lugar testigo del pasado de Lloret es Can Font, una vivienda del 1877 construida por encargo de Nicolau Font i Maig (se pueden ver sus iniciales en el remate central de la parte superior de la fachada).
Hoy es una casa-museo que alberga documentos, objetos y muebles de la época indiana. Lo que más me gustó fue la decoración de los interiores, con obras de artesanía como frescos, esgrafiados, cerámicas, el mosaico de los pavimentos, el hierro forado de las barandillas y las vidrieras emplomadas… todo hecho en estilo modernista, ¡simplemente fantástico!
Uno de los lugares más emblemáticos de Lloret es sin duda la Iglesia Parroquial de Sant Romà.
Construida en estilo gótico al principio del siglo XVI, en 1916 se añadieron las dos capillas laterales modernistas realizadas por Bonaventura Conill y Montobbio.
Otro sitio que no hay que perder es el Cementerio modernista, al norte del centro ciudad.
Fue construido al final del siglo XIX por voluntad de algunas familias de vuelta de América. Es una joya del arte y arquitectura modernista, con mausoleos monumentales dedicados a los personajes lloretenses más ilustres. Dicho eso, el cementerio acoge también tumbas de personas no lloretenses que pero murieron allí y una área civil con difuntos no bautizados si no de otras religiones. El sitio hace parte de la «European Cemeteries Route«, una ruta que incluye los cementerios de Europa más significativos.
Última etapa del primer día fue a los Jardines de Santa Clotilde. Esto es un rincón que me sorprendió por su belleza y por un entorno único, el lo cual el verde de la naturaleza se mezcla al azul del mar y del cielo. Fueron realizados en 1919 por el arquitecto y urbanista catalán Maria Rubió i Tudorí. Los jardines llevan el nombre de la primera esposa del Marqués de Roviralta, fallecida muy joven.
El arquitecto se inspiró al modelo renacentista italiano y se nota eso por la presencia de jardines escalonados en terrazas, vegetación autóctona y miradores con vistas impresionantes de los acantilados típicos de la Costa Brava. Otros elementos característicos son las esculturas, las fuentes y los estanques que dan equilibrio y armonía al paisaje. Los jardines de Santa Clotilde son el sitio ideal para quien necesite tranquilidad, dando un paseo rodeado por la naturaleza y con panoramas inolvidables.
Las playas y las calas de Lloret de Mar
Cruzando el municipio de Lloret de Mar se encuentran varias playas y calas donde disfrutar del agua tranquila y cristalina:
- playa de Fenals, es la segunda por importancia y está colocada en una área con hoteles y apartamentos a unos minutos del centro;
- cala Banys, un rincón natural mágico desde donde se puede mirar Lloret y su costa;
- playa de Lloret, en pleno centro, es la más extendida y es la que acoge la mayoría de los turistas, sobre todo los jovenes (en el lado hacia cala Banys);
- playa Sa Caleta, es donde los pescadores aparcan sus barcos y se encuentra justo debajo del Castell d’En Playa, un palacio privado colocado sobre el promontorio… ¡ojalá se pudiera visitar!;
- cala dels Frares, ubicada al otro lado del castillo, aquí está una escalera en roca que sube hacia las ruinas del poblado ibérico de Turó Rodó, un sitio histórico apenas renovado que no hay que perder;
- playa de Canyelles, hacia Tossa de Mar, es la más lejana del centro y alberga un espacio con juegos para niños.
Restaurantes típicos en Lloret de Mar
Tuve la oportunidad de comer en dos sitios característicos de la ciudad.
Por primero fui al Restaurante Cala Canyelles, ubicado delante de la playa homónima. El menú propone platos de carne y pescado de la tradición mediterránea, con productos frescos del día. Además, de la terraza del restaurante se accede directamente a la playa.
La manera más fácil para llegar es en coche, dejando la carretera que de Lloret conduce a Tossa. Justo al lado del restaurante hay un cómodo aparcamiento.
El día siguiente fui al Restaurante Can Bolet, ubicado en pleno centro de Lloret y muy cerca de la playa. Fundado en 1961, es el restaurante más antiguo de la ciudad. Por ser jueves, que en Cataluña es el día del arroz, pude comer una paella simplemente riquísima!
El sitio ofrece menú diario a precio fijo (incluye la paella). Esperando entre un plato y el otro, consejo echar un vistazo a los cuadros en las paredes, os contarán un poco del pasado de Lloret.
Hacer deporte en Lloret de Mar: la marcha nórdica
Gracias a su posición geográfica y su clima mediterráneo, Lloret es el destino adapto para praticar actividad física a lo largo del año.
En mi caso, intenté la marcha nórdica, un deporte nacido en el norte de Europa y llegado a España en los últimos años. Gracias a Lourdes, de la agencia Nordic Walking es Trajo, en 2 horas he aprendido las bases de una disciplina tampoco muy complicada, solo hace falta un poco de entrenamiento. Una técnica y una postura correctas permiten el uso del 90% de los múscolos del cuerpo además de mejorar la circulación de la sangre.
Hemos seguido un itinerario por la costa, empezando desde el Monumento de l’Esguard, realizado en 2000 para conmemorar el encuentro internacional en Lloret de los aficionados del FC Barcelona.
Tras pasear al lado de la playa principal, hemos llegado al Monumento a la Dona marinera, ubicado sobre una roca enfrente de la cala Banys. Es uno de los símbolos de Lloret y representa a una mujer que mira el mar para recordar cuando – en la época de los Indianos – sus maridos se marchaban a América para encontrar trabajo.
A cala Banys hay un bar con terraza panorámica que está abierto en verano. Es el sitio ideal para descansar y relajarse porque aquí no se aceptan grupos numerosos y sobre todo ruidosos.
Luego hemos subido por la colina, hasta el Castell de Sant Joan, emblema de la historia lloretense ya que en sus alrededores se construyó el primer núcleo de la ciudad.
La etapa final del recorrido, antes de volver en centro, es Fenals, donde quedamos un momento en la playa para mirar el color turquesa del agua.
Acaba así mi estancia en Lloret de Mar. Fui aquí cuando tenía 18 años y conocí su vida nocturna. Ahora descubrí mucho más: su histora milenaria, un montón de lugares de interés, una gastronomía de alta calidad y un entorno natural con playas, calas y jardinos que hay que disfrutar.