Tossa de Mar fue la última etapa del viaje en Costa Brava, en el norte de España. Como pasó en Blanes y también en Lloret de Mar, me quedé aquí dos días para visitar la Vila Vella, la ciudad medieval fortificada, y luego su entorno natural.
Donde está Tossa de Mar y como llegar
Se encuentra a pocos Km al norte de Lloret y se puede llegar en coche si no en autobús gracias a las conexiones con varias ciudades. La compañía Transpujol une Lloret y Tossa a través de un recorrido de 20 minutos. Además, existe una linea directa operada por Sarfa entre la localidad catalana y el aeropuerto El Prat de Barcelona. Se tarda unas dos horas y también hay una parada en la estación de autobús de la ciudad.
El terminal de autobuses en Tossa está ubicado fuera del casco histórico, a unos 10-15 minutos paseando, y está cerca de algunos aparcamientos. Estos van a ser útiles si viajáis en coche porque el centro tiene un acceso limitado.
Además, durante el verano hay ferry que salen de las playas de Blanes y Lloret que permiten hacer excursiones diarias entre estas localidades.
Donde alojar en Tossa de Mar
A pesar de una estancia corta, tuve que dormir en 2 hoteles distintos ya que fui a Tossa el fin de semana del Carnaval y entonces había muchos turístas.
Por primero fui al Hotel Turissa, ubicado fuera del centro pero muy cómodo para la estación de autobuses porque está justo enfrente (también cerca de la oficina de Turismo de Tossa).
Luego fui al Hotel Restaurante Capri, muy céntrico y situado delante de la playa principal y al lado de la Vila Vella de Tossa.
Es un alojamiento de nivel medio-alto con habitaciones que incluyen terrazas privadas con vista mar. Al lado de la entrada hay el Restaurante hómonimo, con menús para turistas y niños que ofrecen platos típicos de la ciudad.
Donde comer en Tossa de Mar
Yo he comido al Restaurante Bahía, que se encuentra por la misma calle a unos metros hacia la ciudad medieval. Hay que comer el bacalao, una especialidad catalana cocida en varias maneras. En particular debéis probar el Cim-i-Tomba, un plato de bacalao típico de la tradición marinera de Tossa.
Que ver en Tossa de Mar en 2 días
Junto a Cristina de la oficina de Turismo local empezamos el recorrido visitando Ametllers, un sitio romano descubierto en 1914. Está bien conservado e ilustra como era una clásica villa de la época. Ella tenía 2 zonas distintas, una con las habitaciones nobles y otra «industrial», con almacenes y negocios.
Lo que sorprende de Tossa es que por su historia ultramilenaria es posible ver lugares de diferentes épocas en la misma calle. Por ejemplo, delante de los restos de la ciudad romana se encuentra el antiguo Hospital de San Miguel, realizado en el siglo XVIII por voluntad de Tomás Vidal Rei. Él fue uno de los primeros a marcharse hacia América para trabajar y enriquecerse para luego volver a su pueblo. Hoy, el edificio del hospital de caridad alberga la Casa de Cultura en la cual destaca un patio muy bonito. Al lado, según la tradición de los hospitales de aquella época, hay la capilla que fue dedicada a San Miguel.
Seguimos para acercarnos al centro de Tossa de Mar. Hay calles estrechas y casas blancas características. Llegamos a la Iglesia Parroquial de San Vicente, de estilo neoclásico, que impresiona por sus dimensiones, sobre todo las de la nave central. Fue construida en 1755 porque la anterior, ubicada en la ciudad medieval, se había quedado demasiado pequeña para acoger habitantes y peregrinos.
Otro sitio de interés es la Capilla de la Virgen del Socorro. Está situada donde en lo siglos pasado pasaba el camino real que iba hacía Girona. Según la tradición fue realizada en el siglo XVI por voluntad del marinero Antoni Caixa, salvado de un naufragio por la Virgen del Socorro.
Aquí estamos cerca de la playa y de los restaurantes del paseo marítimo. Yo consejo seguir el itinerario por la zona interna para visitar Sa Roqueta, el barrio de los pescadores con algunas de las primeras casas construidas fuera del recinto amurallado. Un ejemplo è Can Ganga, donde todavía se pueden mirar elementos de defensa en las fachadas exteriores.
Paseando por las calles silenciosas, donde la atmósfera parece que sea suspendida en la época medieval, se llega delante de la muralla de la Vila Vella. Antes de entrar, se puede notar la cruz de término, colocada allí para evidenciar el antiguo límite urbano de Tossa.
La Vila Vella de Tossa
La localidad de la Costa Brava consirva el único centro medieval amurallado de la costa catalana. Construido sobre un promontorio, destaca por las vistas panorámicas que hay desde el paseo de las muras y el camino de ronda.
Apenas al lado de la muralla, enfrente de la playa Es Codolar, se encuentra el Museo Municipal de Tossa. Su visita permite descubrir el pasado más lejano de Tossa, con los restos arqueológicos romanos, y el más cercano. De hecho, alrededor de los años ’30 del siglo pasado, Tossa se convirtió en un centro de vanguardia artística a nivel internacional. Gracias a un entorno natural estupendo y al estilo de vida muy relajado, muchos artistas vinieron a vivir y trabajar en este rincón de la Costa Brava. Entre ellos, uno de los más famosos fue Marc Chagall, a lo cual está dedicada una sección del museo. La época de esplendor de Tossa acabó cuando empezó la Guerra Civil española. Por eso se decidió crear el Museo para conservar todo lo que se había hecho. En este sentido, lo que nació en 1935 lo se puede definir el primer museo de arte contemporáneo en España.
El paseo sigue por Passeig del Mar 12, una plaza donde destaca la estatua de Ava Gardner, protagonista de la película «Pandora» grabada en Tossa en 1951 y que permitió a la localidad catalana de ser conocida a nivel internacional.
El recorrido llega encima la colina, donde antiguamente había un castillo. Hoy se encuentra el Faro de Tossa, sede actual del Centro de Interpretación de los Faros del Mediterráneo.
Durante el camino de ronda, para mi el rincón más espectacular es alrededor de las ruinas de vieja Iglesia de San Vicente, realizada en el siglo XV. Por la expansión urbano del siglo siguiente, se tuvo que construir otra iglesia fuera de la muralla. Hoy solo quedan cubiertas el ábside y la sacristía, lo demás está en un espacio al aire libre a unos metros del acantilado.
Caminos de ronda y playas de Tossa de Mar
El entorno de Tossa lleva varios caminos de ronda que permiten descubrir rincones naturales preciosos y calas silenciosas donde disfrutar del agua cristalina.
Empezando por la playa de Tossa, la más grande y fotografada por la vista que ofrece de la ciudad vieja. El paseo marítimo está lleno de bares y restaurantes donde comer bien y típico.
Dejando detrás el casco histórico se llega la playa de la Mar Menuda. Es la segunda por extensión y su particularidad son las rocas a unos pasos de la playa. De hecho, hay una pequeña cala, llamada Bañera de las mujeres, que por su agua baja y tranquila es el sitio perfecto para los niños que quieren aprender natar. Además, para mi desde aquí hay la vista mejor de la ciudad… ¡aun más impactante al anochecer!
De aquí empieza el camino de ronda que lleva hacía cala Pola. No tuve el tiempo para hacerlo todo y así solo llegué a cala Bona. El recorrido es fantástico, siempre hay vistas privilegiadas de la costa y del agua turquesa. Es un sendero fácil, lo único es que en algunos puntos transita cerca de los acantilados y entonces hace falta atención. Igualmente, hay un trato de 200 m por carretera, cuidado a los coches!
Otro itinerario, con lo cual acabé mi visita de Tossa, fue a Es Codolar. Eso me permitió mirar la playa Es Codolar, la que utilizaban los pescadores y ubicada a los pies del recinto amurallado de la Vila Vella de Tossa. A su lado hay una escalera que sube por el acantilado y lleva hasta punta d’Es Cars. Cada metro hay un panorama único pero lo que se me ha quedado entre todos es el vistazo de la playa y de la ciudad medieval… me dejó sin palabras!
Para buscar otras informaciones sobre lo que pasa en Tossa de Mar, los alojamientos, las actividades a lo largo del año y mucho más os dejo el enlace a la página web de su Oficina de Turismo.