La primera etapa de mi viaje en Castilla y León fue Burgos, una ciudad muy importante por la historia de España y que tiene un encanto especial. De hecho me gustó su atmósfera “del norte” y la arquitectura del casco viejo que me hizo pensar a la que encontré en Galicia, por ejemplo en La Coruña.
Gracias a su ubicación estratégica casi en el centro de la mitad norte peninsular, la ciudad castillana se convirtió en un nudo de comunicaciones de tráficos comerciales entre Madrid y el norte de España.
Dicho eso, Burgos es pequeña y la se puede explorar paseando. Los lugares más emblemáticos son todos cercanos y consejo dedicar dos días por la visita (el listado de las actividades que se pueden hacer en Burgos está disponible aquí), o tres para hacer también una excursión a la Sierra de Atapuerca donde se encuentran los sitios arqueológicos más relevantes de Europa.
Burgos en 72 horas, los sitios que hay que ver
Como ya comentaba os consejo alojar en Burgos un par de noches así que podéis visitarla en tranquilidad, aun mejor aprovechando de la profesionalidad de las guías de turismo de la ciudad, en mi caso Noelia Alonso. Además, también hay que considerar el tiempo para llegar de destinos como Madrid y Santander, alrededor de dos horas en ambos casos.
Considerando el itinerario que hice con Noelia, estas son las 7 cosas que ver y hacer en Burgos en 3 días.
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1. Descubrir de la Catedral de Burgos
El icono de la ciudad es sin duda su inmensa Catedral gótica, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1984. De la Plaza de San Fernando hay una de las mejores vista del edificio y su esplendor. La taquilla y la entrada para turistas se encuentran aquí mientras la fachada principal con las torres del ‘400 se asoma en la Plaza de Santa María.
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La Catedral de Burgos es el máximo ejemplo de arquitectura gótica en España, aunque esta no sea el único estilo del edificio. Eso porque su construcción comenzó en 1221 y las obras acabaron alrededor del 1567, así que hay también elementos renacentistas y barrocos introducidos por los artistas que decoraron y ampliaron la iglesia a lo largo de los siglos.
El interior posee capillas, pinturas y decoraciones de gran valor por lo cual consejo por lo menos una hora de visita. Me refiero por ejemplo a la Puerta del Sarmental, por donde entran los turistas y que conserva el rosetón del siglo XIII, el único original que ha quedado tras la destrucción del castillo en 1812 que daño gravemente el edificio. Luego hay que mencionar la escalera dorada (1519-1522) en puro estilo renacentista italiano, es una auténtica obra de arte que sirvió como modelo para la que hay en el Teatro Ópera de París. La obra fue necesaria para conectar la iglesia a la calle de Fernán González por la diferencia de altura debida a las obras de construcción del edificio.
En el coro destacan las 103 sillas talladas en madera de nogal y decoradas con escenas del Antiguo y Nuevo Testamento. En el centro hay una estatua del siglo XIII dedicada a Don Mauricio, el Obispo que fundó la Catedral. A pocos pasos de aquí y debajo de una sencilla lápida de mármol se encuentran las tumbas de El Cid Campeador y su esposa Doña Jimena (hablaré de él en uno de los próximos párrafos).
La Capilla de los Condestables, al fondo de la nave central y apodada como “La Catedral en la Catedral”, es sin duda la más importante y con obras de valor inestimable. Fue construida entre el 1482 y el 1517 por encargo de la familia de los Condestables, cuyos restos mortales descansan bajo de las grandes estatuas en mármol de Carrara al centro de la capilla. Mirando hacia arriba se nota la cúpula en forma de estrella mientras en las paredes hay tres retablos de estilo renacentista, la “María Maddalena” de Giampietrino y los escudos de piedra inclinados de los Condestables.
El Claustro de los años 1260-1280 alberga las tumbas de los obispos, el Museo con su colección de objetos litúrgicos y el Cofre del Cid, algo muy particular de lo cual hablaré luego.
Considerando la historia y las obras que se pueden mirar, la audioguía es esencial y está incluida ya en el precio de la entrada. Aún mejor es aprovechar de las visitas guiadas de la Catedral de Burgos que permiten descubrir todo eso con guía especializado en arte e historia. Para disfrutar del encanto de la Catedral y de la ciudad de noche, desde la Plaza del Rey San Fernando salen los tours de misterios y leyendas. Todas las informaciones sobre tarifas, horarios e itinerario se encuentran en esta página.
2. Paseo por el casco histórico de Burgos
La ciudad vieja es pequeña y cruzada por pocas calles principales, algunas peatonales. Hay tour guiados gratuitos de 90 minutos que permiten descubrir el patrimonio de esta zona monumental para aprender más sobre la historia de Burgos. Todos los detalles para reservar online se pueden consultar en la siguiente página web. Si no también se pueden planear tour privados con visitas personalizadas a vuestro gusto. Los recorridos tardan unos 90 minutos y los precios dependen del número de participantes. Más informaciones están disponibles a través de este enlace.
El itinerario empieza pasando por el Puente de S. María sobre el río Arlanzón, que me lleva al Arco de Santa María, puerta de entrada de la muralla durante el siglo XIV. Los muros que rodeaban la ciudad ya no existen, en su lugar hoy se extiende el Paseo del Espolón, una avenida arbolada que me impresionó por el hecho de que las ramas de los árboles son juntas – o abrazadas – creando así una “estructura natural” que se nota bien en invierno y que durante el verano garantiza mucha sombra.
Uno de los lugares con más encanto de la ciudad vieja de Burgos es la plaza Mayor. Originariamente conocida como Plaza del Mercado Menor, en pasado era el centro de todas las actividades económicas de la ciudad. Los comerciantes llegaban a través la Puerta de las Carretas, desafortunadamente destruida por la reforma urbana del 1791 que convirtió este espacio en el centro administrativo de la ciudad. Se levantaron así nuevos edificios como la Casa Consistorial en estilo neoclásico.
Hoy en día la plaza es uno de los puntos de encuentros favoritos por los ciudadanos para ir de tapeo.
El más notable palacio burgalés es la Casa del Cordón, construida a finales del siglo XV y que destaca por la estupenda decoración de las fachadas. Además, este edificio fue muy importante por la historia de Burgos y también de España porque en 1515 se ratificó aquí la unión de los Reinos de Castilla y Navarra, mientras pocos años antes – exactamente el 23 de abril de 1497 – los Reyes Católicos recibieron Cristóbal Colón a la vuelta de su segundo viaje a América.
Otro sitio de interés es el Palacio de Capitanía, edificado en 1902 en estilo militar en el lugar donde estuvo uno de los palacios más importantes de la ciudad del siglo XV. En el balcón se pueden notar los escudos de España y de Burgos.
Muy cerca de aquí se encuentra la Puerta de San Gil, erigida en el siglo XIII pero con modificaciones en los siglos siguientes, y la Iglesia de San Gil, acabada en el siglo XIV y cuya Capilla de la Natividad está ubicada sobre los restos de la antigua muralla.
Paseando hacia la zona este del centro histórico y cruzando el Arco de San Juan se llega a la Iglesia Parroquial de San Lesmes. Este edificio gótico se encuentra justo fuera de la ciudadela medieval y por aquí pasan los peregrinos hacia Santiago de Compostela. En el templo religioso está enterrado San Lesmes Abad, el patrón de Burgos.
3. El Camino Francés por Burgos
La ciudad es una de las etapas principales del Camino Francés hacia Santiago, de hecho los peregrinos cruzan su casco viejo pasando por una ruta que se extiende de este hasta oeste y muy reconocible por las flechas y las conchas que hay en la pavimentación de la calle.
El Camino llega a la ciudad medieval por la Puerta de San Juan, colocada justo enfrente de la Iglesia de San Lesmes Abad. Tras haber pasado la Catedral la ruta sale de Burgos por el Arco de San Martín, realizado a finales del siglo XIII y donde – hasta el siglo XVI – entraban los Reyes de Castilla cada vez que venían a jurar los privilegios de la ciudad.
Luego, ya en las afueras de Burgos, los peregrinos cruzan el Puente de Malatos. Es una construcción de origen medieval totalmente en piedra y llamada así porque se encontraba próxima a un hospital de leprosos, el San Lázaro de los Malatos. Además, por aquí los caminantes llegaban al Hospital del Rey, fundado por el Rey Alfonso VIII como lugar de acogida por los peregrinos de la ruta jacobea.
4. La ruta de El Cid en Burgos
Rodrigo Díaz de Vivar – conocido como “el Campeador” o muy simplemente “el Cid” – es una figura histórica y legendaria de muchas batallas durante la Reconquista, por ejemplo la que luchó en El Puig en 1093 y que le permitió conquistar Valencia que luego se convirtió en un baluarte cristiano contra los árabes. Su vida heroica inspiró muchas obras de la literatura española, sobre todo el celebre “Cantar de mio Cid”.
Burgos tiene un vínculo especial con este personaje porque nació en 1040 en Vivar, un pueblo en la provincia a 7 kilómetros de la capital. Por esta razón hay un pequeño itinerario dedicado a El Cid que pasa por algunos sitios del centro de la ciudad.
Como comentaba ya en el párrafo dedicado a la Catedral, él y Doña Jimena estan enterrados en su interior. Además, en la Capilla del Corpus Christi en el Claustro Alto se guarda el Cofre del Cid. Hecho de madera y con aun los herrajes originales, según la leyenda parteneció a Rodrigo Díaz que lo entregó a una familia judía como aval de un préstamo. Pero eso fue un engaño dado que en el interior del cofre no habían ni tesoros ni monedas, sino arena y piedras.
Cruzando el Paseo del Espolón se llega al Teatro Provincial y a la plaza dominada por la estatua ecuestre del Cid. La escultura mira hacia el Puente de San Pablos, en cuyos lados se han colocados ocho estatuas – obra del escultor Lucarini – que representan las personas relacionadas al héroe burgalés.
En la zona oeste del centro y cerca del Arco de San Martín se encuentra el Solar del Cid, última etapa de esta ruta. Es un monumento formado por tres obeliscos que sostienen los escudos de las ciudades de Burgos y San Pedro de Cardeña (donde él murió) y erigido en el lugar donde El Cid vivió.
5. Subida al Castillo de Burgos
La visita acaba encima del cerro de San Miguel, en el lugar donde el Rey Alfonso III fundó Burgos en 884.
Antes de subir merece la pena echar un vistazo a la Iglesia de San Esteban, construida entre los siglos XIII y XIV en puro estilo gótico. En su interior se puede visitar el Museo del Retablo con una colección de 18 piezas de los siglos XVI, XVII y XVIII.
El Castillo de Burgos a lo largo de los siglos fue fortaleza, palacio real y prisión. Esto hasta el 1813, cuando fue destruido por el ejercito francés así que hoy solo quedan solo las ruinas. Sin embargo, es posible visitar su museo, el recinto exterior y también las galerías subterráneas y el pozo medieval.
Desde la terraza panorámica que se encuentra bajando del monte hay la mejor vista de Burgos y de su Catedral… es el lugar ideal para despedirse de la ciudad castillana.
6. El Monasterio de Las Huelgas
A menos de 2 kilómetros del centro hay el Monasterio de Las Huelgas, fundado en 1187 por el Rey de Castilla Alfonso VIII y su esposa Leonor (ambos enterrados en el coro de la Iglesia).
Se puede llegar cruzando el Paseo de la Isla, un parque situado en la orilla del río Arlanzón y que cuenta con una variedad botánica notable, monumentos como los Arcos de Castilfalé y un estanque con también una cueva formada por estalagmistas provenientes de la Sierra de Atapuerca.
Aparte de ser el principal monasterio cisterciense femenino en España se puede considerarlo también el Panteón Real de los monarcas de Castilla. Por esta razón se han quedado sepulcros y decoraciones medievales de valor inestimable y en buen estado de conservación.
El recorrido de la visita permite notar los diferentes estilos arquitectónicos que caracterizan el complejo, es decir el mudéjar de la espléndida Capilla de la Asunción y el gótico-románico del monasterio y del claustro. Las piezas más preciosas guardadas en este lugar son la cruz original levantada durante la batalla de Las Navas de Tolosa en 1212 y el pendón almohade que según la tradición fue tomado por el Rey Alfonso VIII como botín de guerra tras derrotar de los musulmanes.
7. Excursión en la Sierra de Atapuerca y el Museo de la Evolución Humana de Burgos
Durante mi estancia he pasado casi un día en la provincia, a unos 15 kilómetros de Burgos. De hecho, en la Sierra de Atapuerca se encuentra uno de los sitios arqueológicos más importantes del mundo y por eso declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Este espacio fue descubierto a finales del siglo XIX, tras las obras de construcción de la línea de tren minero y por está razon fue llamado Trinchera del Ferrocarril. Las excavaciones empezaron solo desde el 1978 y siguen hasta hoy (generalmente entre julio y agosto). La visita se desarrolla en este escenario y comienza en la cueva Gran Dolina. Aquí se encontraron los huesos humanos más antiguos de Europa y además varios restos pertenecientes a 6 personas que vivieron hace casi un millón de años. Este descubrimiento se convirtió en una etapa fundamental por el estudio de la Prehistoria ya que dio origen a una nueva especie humana llamada Homo Antecessor y antepasado del Hombre de Neandertal.
Los otros yacimientos que se pueden visitar son la Galería, una cavidad utilizada más o menos 400.000 años como trampa para los animales, y la Sima del Elefante, donde se han recuperado una mandíbula y una falange de una especie de Homo aun desconocida y son los restos humanos más antiguos encontrados en Europa Occidental.
A poca distancia hay otro yacimiento, la Sima de los Huesos (no visitable), en lo cual se descubrieron algunos restos de 32 personas de hace 300.000 años que forman parte de una nueva especie, el Homo Heidelbergensis, un eslabón entre el Antecessor y el Neandertal.
Si estáis interesados en este argumento os consejo participar en las visitas guiadas organizadas por la Fundación Atapuerca que incluyen los yacimientos, el CAREX y el Museo de la Evolución Humana de Burgos.
El Carex – Centro de Arqueología Experimental – colocado a 1 Km del pueblo de Atapuerca y enseña la evolución de las varias técnicas de fabricación y el uso de las herramientas entre Paleolítico y Neolítico. Un viaje atrás en el tiempo que disfrutarán también los niños gracias a juegos y actividades para ellos.
De vuelta a Burgos, el itinerario acaba con la visita del Museo de la Evolución Humana, ubicado frente al río Arlanzón. Es un centro didáctico con seminarios y conferencias dedicadas a la evolución humana, se explica qué es la arqueológia y también se pueden contemplar los principales fósiles encontrados en la Sierra de Atapuerca.
Más informaciones sobre las visitas guiadas con salida de Burgos se encuentran en la página web de la Fundación Atapuerca.
Cómo llegar a Burgos y dónde alojar
Si no viajáis en coche podéis llegar a Burgos en autobus o tren. En mi caso, con salida de Madrid, he utilizado el bus, más económico y sobre todo la estación está ubicada a unos 5 minutos andando del casco histórico. En cambio, la estación de ferrocarril se encuentra en las afueras de la ciudad y entonces es necesario coger un autobús para desplazarse hacia el centro.
Para comparar horarios y precios y reservas online: omio-goeuro.es.
Estuve alojado al Hotel Rice Palacio de los Blasones, un antiguo palacio propriedad de los nobles Rodríguez de Salamanca y Gil Delgado, condes de Berbarana. El edificio se sitúa en pleno centro, a 150 metros de la Catedral y por donde pasa el Camino de Santiago.
Para más informaciones y reservar al mejor precios echáis un vistazo a su página web.
